Este año se celebra el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1998), y con este motivo queremos reivindicar una de las voces más singulares y, en ocasiones, injustamente valorada de la poesía española del siglo XX. Aunque su producción poética para niños es la más conocida, Gloria Fuertes goza de un extraño don que pocas veces se da en nuestro panorama literario: su poesía llega a todo tipo de lectores, por la emoción humanísima que desprende su obra.
Pacifista a ultranza, se sirve de la palabra, el humor y el amor como únicas armas posibles contra la guerra o cualquier manifestación de violencia, contra todo tipo de injusticias y como la mejor medicina para curar los males del alma que padece cualquier ser humano.
La Guerra Civil dejó una profunda huella en ella. El antibelicismo y la protesta contra lo absurdo de la civilización están presentes en su poesía de forma categórica. Como ella misma declaró, «sin la tragedia de la guerra quizá nunca hubiera escrito poesía». Como secuela de su experiencia bélica, la obra de Gloria Fuertes se caracteriza por la ironía con la que trata cuestiones tan universales como el amor, el dolor, la muerte o la soledad. Todo ello aderezado con curiosas metáforas y juegos lingüísticos llenos de encanto, frescura y sencillez, que dotan a sus poemas de una gran musicalidad y cadencia cercana al lenguaje oral.
Espontánea, divertida, irónica, disparatada, transgresora, tierna, afectiva, surrealista, sencilla, solidaria, sincera y siempre comprometida… ella, como su poesía, es única e irrepetible. Gloria, sin lugar a dudas, es como escribe, y escribe como es. Habla siempre en tono confidencial y amigable, todo lo hace sencillo y cotidiano, pero con la grandeza de tener siempre un alma con una inmensa capacidad de asombro ante la vida.
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
aletea, lanza saltos.
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
¡eres un espantapájaros!
En su recopilación de poemas, Historia de Gloria: amor, humor y desamor, la propia autora desvela, ya desde el título, su manera de ser y estar en el mundo, así como las características que hacen única su obra literaria. En su “prologuillo” leemos: “Esto no es un libro, es una mujer”. Nos cuenta en él su vida, su juventud llena de dificultades, de guerra “incivil”, de ese primer amor que dejará huellas inolvidables; nos habla de los años de madurez, cuando da amor y recibe a cambio desamor. Pero Gloria Fuertes no se encuentra cómoda en el sufrimiento. Sabe sobreponerse a él gracias a su sano y versátil humor, con el que aborda los arduos problemas de la vida y el mundo. Para ella, el mundo es un circo, y el hombre-poeta un payaso. Dice que querría ser el Charlot de la poesía española, aunque detrás de la sonrisa del payaso se oculten sentidas lágrimas.
Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.
Gloria Fuertes, esa escritora de voz ronca y aspecto deliberadamente varonil, a la que “nada de lo humano le es ajeno” fue mucho más que una autora de literatura infantil. Sin embargo, su figura, como la de muchos artistas patrios, es más apreciada y reconocida fuera de España, especialmente en Estados Unidos, donde varios críticos importantes han investigado su obra, se han traducido sus poemas incluyéndolos en importantes antologías. Incluso, como homenaje en el centenario de su nacimiento, la compañía aérea Norwegian decidió llamar Gloria Fuertes a uno de sus aviones, concretamente, un Boeing 737-800, y colocar una gran fotografía suya en la cola. Así, Gloria Fuertes se convierte en la cuarta figura histórica española a la que rinde homenaje la compañía junto con figuras tan relevantes como Miguel de Cervantes, Cristóbal Colón y Juan Sebastián Elcano.
Marinero sin tierra
náufrago sin velamen
huérfano de puerto
nave sin timón.
Rodeado de agua y sediento
rodeado de pescado y hambriento
rodeado de olas y sin saludos
rodeado de dólares y desnudo.
El éxito comercial de su literatura infantil y la fama mediática de la que gozó en algún momento de su vida, ocultaron el valor literario de su poesía. De hecho, muchos de quienes la conocieron por sus cuentos o poemas para niños desconocen su peso en la literatura del siglo pasado. Esperamos que la celebración del centenario de su nacimiento sirva para redescubrir y situar en el lugar que le corresponde su poesía para adultos.